domingo, 1 de agosto de 2010

Me fui alejando, sin llegar a pensar en que algún día perdería todo eso que tenía. Siempre supe que cuando se cerraba una puerta, se abrían otras dos, pero en mi caso nunca fue así. Y ahora pierdo todo.
No puedo cerrar los ojos y decir que todo está bien. Siempre la misma vida, siempre el mismo tejado roto, los mismos miedos, las mismas angustias. Siempre ese “algún día todo esto va a cambiar”. Siempre la duda de no saber si lo que hacés está bien o mal; porque es verdad que lo difícil de la vida no es hacer lo correcto, sino saber qué es lo correcto.